jueves, 1 de diciembre de 2016

Desde el P.P.P. La Amistad, en la localidad de Kennedy, nos recomiendan




       Promotor: Duvan Gómez Vargas
       Parque La Amistad, localidad Kennedy


Autor: Claire Franek
Título original: Le Drame
Editorial: Ediciones Ekaré.
Año: 2011

Las figuras geométricas, la posibilidad de imaginar una ciudad colapsada por animales de un zoológico, el caos del tráfico de una ciudad que hace que sus habitantes pierdan la cabeza, es sólo el inicio de una historia de la escritora francesa Claire Franek, donde todo comienza con un accidente (algo muy parecido a las historias que cada día observamos en  nuestra capital colombiana).

Todo se vuelve un caos y empieza como lo vivimos en nuestro diario vivir: las bocinas y su orquesta en el pavimento. Pero no se soluciona nada. De repente llega la grúa, la cruz roja, los bomberos y, no podían faltar, esas sirenas que anuncian que algo acaba de pasar. De repente el trancón llega hasta el túnel, donde el tren que transporta los animales del zoológico (y no provienen precisamente del zoológico Santacruz del municipio de San Antonio del Tequendama) se ve atrapado en ese tráfico que empieza a convertirse en el peor que haya vivido la ciudad. ¡No puede ser! Ahora el caos no puede ser peor: los animales se escaparon del tren. Personalmente no creo que ni el Capitán América logre controlar esa situación: el león se quiere comer a todo el mundo y el elefante decide aplastar todo a su paso. Ahora una aplanadora lo aplasta todo: autos, gente y hasta los propios animales. ¡No puede ser esto más caótico! Ahora el edificio más alto de la ciudad se derrumba y cae sobre el túnel, cae sobre la autopista, ¡Pobre elefante! Ya no puede aplastar nada porque todo le ha caído encima y… ¿Será esta historia tan extraña, verdadera?

En la literatura infantil se vale imaginar y pensar que todo puede llevarnos a mundos impensados, a recordar historias de nuestra infancia en la que jugábamos con nuestros juguetes, con nuestros animales, hasta con nuestras mascotas; todo esto para decir que ese tráfico lo provocaron unos pequeños niños que decidieron sacar todo su arsenal para jugar. Ahora ellos están tristes porque a criterio personal, deberán recoger todo ese desorden que provocaron. Lo que más me deja tranquilo es que el accidente, que provocó ese tráfico, no dejó ningún muerto y que el pequeño elefante sólo le hará falta que retiren los juguetes que lo aplastaron, para que vuelva sano y salvo al zoológico.

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