Promotor: Duvan
Gómez Vargas
Parque La Amistad,
localidad Kennedy
Autor:
Claire Franek
Título
original: Le Drame
Editorial:
Ediciones Ekaré.
Año:
2011
Las
figuras geométricas, la posibilidad de imaginar una ciudad colapsada por
animales de un zoológico, el caos del tráfico de una ciudad que hace que sus
habitantes pierdan la cabeza, es sólo el inicio de una historia de la escritora
francesa Claire Franek, donde todo comienza con un accidente (algo muy parecido
a las historias que cada día observamos en
nuestra capital colombiana).
Todo
se vuelve un caos y empieza como lo vivimos en nuestro diario vivir: las
bocinas y su orquesta en el pavimento. Pero no se soluciona nada. De repente
llega la grúa, la cruz roja, los bomberos y, no podían faltar, esas sirenas que
anuncian que algo acaba de pasar. De repente el trancón llega hasta el túnel,
donde el tren que transporta los animales del zoológico (y no provienen
precisamente del zoológico Santacruz del municipio de San Antonio del
Tequendama) se ve atrapado en ese tráfico que empieza a convertirse en el peor
que haya vivido la ciudad. ¡No puede ser! Ahora el caos no puede ser peor: los
animales se escaparon del tren. Personalmente no creo que ni el Capitán América
logre controlar esa situación: el león se quiere comer a todo el mundo y el
elefante decide aplastar todo a su paso. Ahora una aplanadora lo aplasta todo:
autos, gente y hasta los propios animales. ¡No puede ser esto más caótico! Ahora
el edificio más alto de la ciudad se derrumba y cae sobre el túnel, cae sobre
la autopista, ¡Pobre elefante! Ya no puede aplastar nada porque todo le ha
caído encima y… ¿Será esta historia tan extraña, verdadera?
En
la literatura infantil se vale imaginar y pensar que todo puede llevarnos a
mundos impensados, a recordar historias de nuestra infancia en la que jugábamos
con nuestros juguetes, con nuestros animales, hasta con nuestras mascotas; todo
esto para decir que ese tráfico lo provocaron unos pequeños niños que
decidieron sacar todo su arsenal para jugar. Ahora ellos están tristes porque a
criterio personal, deberán recoger todo ese desorden que provocaron. Lo que más
me deja tranquilo es que el accidente, que provocó ese tráfico, no dejó ningún
muerto y que el pequeño elefante sólo le hará falta que retiren los juguetes
que lo aplastaron, para que vuelva sano y salvo al zoológico.
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