lunes, 1 de agosto de 2016

Recomendado hoy: ¡ADIÓS, PAJARITO, ADIÓS!

Desde el PPP La Amistad nos recomiendan 

Promotor: Duvan Gómez Vargas
Parque La Amistad, localidad Kennedy


Título: ¡Adiós, pajarito, adiós!
Autor: Nicholas Allan
Editorial: Ediciones Ekaré.
Año: 1997

¿Cuántas veces no hemos querido estar solos en el mundo?, ¿las personas que conocemos llegan en el momento que en verdad esperamos o sólo  resulta ser un accidente de la vida?, son unas breves y complejas preguntas que algunas personas se habrán hecho en algún momento de su existencia.

Ésta interesante historia, del escritor inglés Nicholas Allan, nos lleva a entender un poco qué puede pasar con un hombre que, en ese momento, piensa en las citadas incógnitas. La historia nos transporta a una isla donde un ermitaño tiene todo para él: el silencio que debe tener una isla y una vida en paz. En cierta ocasión llega una pequeña ave que le interrumpe el silencio, el aseo de la isla y, por supuesto, la paz. El ermitaño comparte la isla con su nuevo visitante, pero como el ermitaño no quiere estar al lado de la paloma, decide dividir la isla en dos partes. Al principio las cosas empezaron bien, pero no dura mucho, puesto que el ruido y el desorden sigue en los dos lados.

El desespero del hombre lo lleva a atrapar a la paloma, hacerle una jaula y cubrirla con un manto tejido, para así estar tranquilo, pero… ¡Ahora él quería que la paloma cantara o hiciera algún ruido!, Así que el hombre decide abrir la jaula, pero el animal vuela sin rumbo fijo; sólo le dice que volvería y traería más amigos, cosa que al ermitaño no cree importante. Luego de días y noches la amiga ave vuelve a la isla con una gran camada de animales, entre los que había: vacas, ratones, ovejas, cerdos, elefantes, jirafas, leones, personas también, perros y serpientes. Un Arca de Noé completa desembarca en la isla, algo que en verdad enfada al ermitaño que ya no podrá quejarse de no tener amigos, porque con la paloma y el zoológico que ha llegado a la isla, tiene de sobra para querer estar solo de nuevo o hacerse la vida amena con sus nuevos visitantes.

Ésta interesante historia tiene un trasfondo en sus imágenes y letras: en la vida, en ocasiones, no estamos a gusto con las personas  (incluso animales) que tenemos al lado; aun así aprendemos a convivir con ellos sin pensar que en cualquier momento nos harán falta. Hay que aprender a convivir con la diferencia, con múltiples formas de pensar sin seguir un modelo o una ideología en particular, porque será desde allí, de la construcción y unión de una sociedad, que se puede pensar y materializar un mundo diferente.  




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