lunes, 15 de septiembre de 2014

REcomendado de hoy: Resurrección

Desde el PPP de Villa de los Alpes nos recomiendan

Algunos comentarios sobre “Resurrección” de León Tolstoi


Por: Daniel Duarte
Promotor de lectura del parque Villa de los Alpes

Editorial Cumbre S. A. -  México D. F.  1961

Esta es la última novela de León Tolstoi publicada en 1899. Narra la historia de un hombre que resucita de las tinieblas producidas por el sistema de vida de la Rusia Zarista, y que en esencia, continúa en auge en muchas partes del mundo.

Él es un príncipe y se llama Dimitri Ivanovich Nejludov. Un día se enamoró de una bella muchacha, se acercó a ella, ella también lo quería, los dos hicieron el amor; pero él se fue sin decir más, dejándole como absurdo pago un billete de 100 rublos; siguiendo la costumbre de los hombres con posición y poder frente a muchachas de bajos recursos económicos o carentes de títulos nobiliarios, tierras, amistades, afecto…

Ella ahora alberga una criatura en su vientre, desamparada y humillada por la moral religiosa de la época, la echan del lugar donde vive; tristemente pierde al niño y su vida se empieza a deshilachar sin nadie “bueno” a quien recurrir

Ella es Katiusha y diez años después de eso, se encontraría frente a un tribunal juzgada por un asesinato que no cometió; uno de los miembros del jurado es Nejludov que no la veía hace una década; pero ahora algo cambia en él. Se entera de la vida que tuvo que llevar Katiusha después de su encuentro amoroso. ¿Acaso es el culpable de que todo acabara así? Katiusha es prostituta hace varios años, ha sufrido y ahora sufrirá más porque ha sido condenada a cuatro años de trabajos forzados en Siberia. Nejludov siente algo en su pecho; el jurado se ha equivocado en la sentencia- ¡es una injusticia! - Ahora se promete a si mismo enmendar su error: el de la sentencia y aquel que cometió hace diez años, pues ese acto aparentemente simple, embarcó a la joven a una vida desdichada: acto catapultado por la sociedad rusa donde solo unos pocos son dueños de los medios de riqueza y los demás tienen que romperse el lomo y perder su dignidad para poder sobrevivir

Así Nejludov se empieza a elevar portentosamente sobre la crueldad del mundo en que vive y que él mismo (consciente o inconscientemente) había ayudado a matizar. La religión católica domina el pueblo, unos pocos terratenientes son dueños de la tierra, la justicia es para aquellos que la puedan pagar, en la cárceles hay muchos inocentes, enjaulados por pensar diferente, por falsas calumnias, por estar sin papeles o por haber estado en el preciso momento en que las destructoras instituciones pasaron, dejando dolor, muerte y desolación; la guerra y la paz siempre serán un negocio de enriquecer a aquellos que han erigido instituciones monstruosas que oprimen al hombre y a la naturaleza, unos pocos viven como reyes a costa del sudor de los campesinos (hombres y mujeres divinos que aman la tierra) .



Muchas más cosas saltan a la vista de este hombre que estaba muerto en los putrefactos escaños de la sociedad artificial, donde la ley está sobre la persona, donde la felicidad equivale al dinero que se tenga y a las relaciones interesadas que se puedan urdir. Pero ahora resucita, resucita su amor, resucita su humanidad y es capaz de decir que nadie –jamás- podrá juzgar a otro por sus actos; también dirá que quizás la misión por la cual ha llegado al mundo es para servir, para ayudar a los demás; llegando inclusive a renunciar a sus tierras que le pertenecían insulsamente, por su título de príncipe

Pero también Resucita Katiusha, en la cárcel conoce los sufrimientos de las otras personas, logra ver otros mundos y descubre gente maravillosa. Se rebela en ella una nueva faceta: una muchacha que puede transitar por la tierra construyendo sueños nobles, se descubre a sí misma, lo hermosa que es y que puede ser feliz. Por fin ha conocido a seres luminosos, inclusive ha percibido el cambio de Nejludov que ha estado todo el tiempo pendiente de ella ¿todavía lo ama? ¿Lo ama tanto que lo salvara de ella misma? …

Después de la Guerra y la Paz y de Ana Karenina, se dice que es la tercera novela más notable de León Tolstoi. Sin conocer las dos anteriores novelas, me atrevo a decir que en esta obra el escritor propone la búsqueda de la libertad autentica del ser humano. Tolstoi detesta el sistema feudal en que viven, los engorrosos procesos burocráticos, la injustica… elabora una hipótesis que responda a la crisis social: los seres humanos no tienen ni siquiera los medios básicos para vivir ¿Cómo es posible que no se atrevan a robar para alimentar a sus familias? Los poderosos hacen creer que si hay ladrones entonces deben poner más gendarmes, más policías, aumentar la violencia; no saben u olvidan a propósito, que precisamente hay problemas de violencia cuando se vive en una sociedad nefastamente desigual 

La sociedad obliga a los seres a lanzarse a una carrera famélica por conseguir el pan diario, el conocimiento, un abrigo, al afecto: es una competencia feroz donde muchos se van rezagando. Esos olvidados, esos que se han quedado tristes, entran en un estado de pobreza total: no solo de dinero, sino de espíritu, de ideas, de creación, de amor. A esos pobres el mismo sistema les cae con todo el peso de la ley; es una cadena perversa que a Nejludov, a Katiusha, a Tolstoi y a mí, nos causan repugnancia

Me gustaría que leyeran esta historia a aquellos que deciden sobre la vida de los demás, que tiene el horroroso poder de disponer quien vive y quien muere; también ha aquellos que pasan la vida hablando mal de otros y no se ocupan de sus propios asuntos. Ojala que esta resurrección nos alcance a todos: ¡somos libres, nada ni nadie nos debe imponer lo que debemos hacer!

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