Por: Nicolás Parra Quiroga
P.P.P. Parque Fundacional de Engativá Pueblo
La tarta voladora.
Editorial: laGalera
Género:
Novela
Páginas:
146
Gianni Rodari fue un escritor italiano, maestro, pedagogo y periodista. Nació en 1920 en Omegna, Piemont, al norte de Italia. A una edad ya madura se atreve a probar el desafiante mundo de la literatura infantil y empieza a escribir para niños y jóvenes. Se caracteriza porque en sus obras presenta otra mirada distinta a la de la tradición de cuentos para niños que imperaba hasta la mitad del siglo XX. Recibe en 1970 la medalla H.C. Andersen que vendría a ser el equivalente al Premio Nobel pero para literatura infantil y juvenil. Hoy en día se le considera como el mejor autor infantil italiano de su época y yo me atrevo a meter las manos en el fuego por defender esta afirmación.
“¡Los marcianos!, ¡Los marcianos!” Una mañana
de abril en un pueblo del norte de Italia, aparece un disco gigante que causa
pavor a todas las personas que lo ven posarse sobre sus cabezas y descender
lentamente. Al parecer una nave espacial los ataca y todos en el pueblo buscan
refugio, menos una pareja de hermanos intrépidos, uno resfriado, con
personalidad aventurera, arriesgado y dispuesto a afrontar el peligro y la otra
alegre, inteligente, recursiva, además de un tanto irritada por las locuras con
las que sale su hermano menor. Deciden
romper la prohibición que sus padres han impuesto para mantenerlos seguros, en
compañía de su perro (nombre de la mascota) se aventuran a salir e investigar lo que está pasando, todo
resultará una aventura divertida y dulce, muy dulce.
Constantemente
las personas del siglo XX inmersas en la guerra fría y con el temor en la
atmosfera sobre una guerra nuclear vivían sumidas en el miedo y el espanto porque
en cualquier momento se desataría la extinción de la humanidad. El temor no es lo
único que está en el aire, los avances científicos dan pie a que la imaginación
vuele y se conciban héroes radioactivos, personas con poderes sobrenaturales, series
de espías, guerras nucleares con robots…
Gianni
Rodari se vale del temor, la inocencia y la imaginación de los niños, para a
través del juego y las travesuras virar la mirada tradicional de los cuentos infantiles y presentar una inusual,
jugosa y divertida historia, donde se ridiculiza el espanto nuclear, el miedo
de la humanidad por una invasión alienígena. Remplazó el temor de los gobiernos
y de los hombres por la independencia que asumían los niños a mitad del siglo
pasado y aún no se les reconocía como lo hizo Rodari. Aún hoy nos preguntamos
sobre la posibilidad de la existencia de los marcianos, la mutabilidad de la
materia, hasta dónde llegará el conflicto moral en cuanto al avance tan evidente
de la ciencia. Al parecer a los niños no les amedrantan estas preguntas, tampoco
les interesa formarse según el miedo o el castigo y mucho menos a las
restricciones.
A
los niños les entusiasma “ser los más inteligentes en el cuarto” ¿Acaso no nos
divierte e intriga las posibilidades y el espíritu aventurero, el ansia por
descubrir y encontrar la realidad tan ingenuamente como la ve un niño y aprender
de ella tanto como sea posible?
La
tarta voladora logra despertar la aventura en el lector, la imaginación y
romper los esquemas de literatura infantil del siglo pasado. Este libro lo
recomiendo por todo esto y además porque confío que en él encontrarán la
delicia de una historia de varios sabores y, tendrán a mano una gran paleta para servirse
de esta mágica y tentadora historia.
¡La P Fundacional en Engativá es genial!
ResponderEliminarSí que lo es
ResponderEliminar