Hoy compartimos con ustedes dos poemas de uno de los usuarios del PPP del Chorro de Quevedo, el señor Jaime Fárrago.
Dos horas de blues
en la sonora cabina de la música.
Piano la voz de Jimmy Whiterspoon
y en mi suave vibración fálica
la silla,
el saxo
y los rojos acentos del amor
redoblan marcas inviolables.
Si el goce cadencia esa negra pureza
que abanderó dominios pueriles
en la esclava vida de los dueños
que cante el palpito en la sonrisa...
Oleaje de la discordia
avalancha del pecho
la frecuencia humana se hace alas.
Suave y cardiaco
Ella es una fuente cuando abraza
con sus piernas como burbujas de aceite,
todas las flores que se come lo demuestran.
Ella es una composición silenciosa
de pajaros y hojas secas que caen
como una semilla flotante al reflejo del agua.
Ella dice que nació suave
como entre la fiesta fresca
de dos caracoles en celo
y su nacimiento,
cada vez que subimos a entregarnos,
lleva en lágrimas
sangre y estragos,
la oscura ternura de su carne enérgica.
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