Desde el PPP de Tibabuyes nos recomiendan
BOGOTÁ CONTADA
Por: Cristian Camelo
@cristian_camelo
Promotor de Lectura del PPP Tibabuyes
Ciudad fantasma. Foto por Dana Cárdenas
“
Las ciudades no las inventan los arquitectos, las ciudades las inventan los escritores”
JORGE ZALAMEA
Las ciudades no las inventan los arquitectos, las ciudades las inventan los escritores”
JORGE ZALAMEA
Una ciudad que cuenta historias
El recorrido empieza allí donde se ha dejado entrar un poco de música callejera y smog con olor a rosas marchitas. Esta vez desliza sus suaves voces y las transforma en pequeñas historias que deja sueltas en el aire de una ciudad devastada por la soledad. Un recorrido que atraviesa nacionalidades y lenguajes imperceptibles para acercarse a las grietas que se dejan ver en las calles llenas de perros o insectos de dos patas. Este es el recorrido. Uno de tantos.
Una ciudad: Bogotá.
Mapa construido de retazos de colores que invita a perderse en el delirio y la fascinación de quienes la habitan, la sufren, la recorren y la sueñan a diario. Una ciudad efímera llena de historias a medio contar. Y la ciudad se vale de eso, de esa multiplicidad de historias (locales y extranjeras) con voz propia, con identidad propia. Esa sería la labor del artista, del escritor, recolectar todas esas historias y apropiarlas. Ese es el sentido, de volcar todas esas historias y llevaras a otro nivel. Uno más surreal, más pasional.
Así empieza el recorrido. Con la ciudad de fondo. Con las calles llenas de fantasmas y carros que hablan y cantan. Ciudad estática. Ciudad confusa. Una Bogotá contada por muchas voces.
La Alcaldía Mayor de Bogotá con la ayuda de la Secretaría de Cultura Recreación y Deporte, el Instituto Distrital de las Artes- IDARTES y la Cámara Colombiana del Libro presentan el título número 97 de la colección “Libro al viento”: Bogotá Contada. Un experimento que cuenta con la participación de algunos de los escritores más reconocidos de Hispanoamérica con el fin de contar, bajo la perspectiva de la experiencia, qué es Bogotá.
Recorrer una ciudad inacabada, surreal e intangible. Por medio de los textos que componen lo que es Bogotá Contada, sus participantes dejan entrever una ciudad llena de ideas, de personajes creados desde múltiples visiones que re- aparecen para presentar su recorrido en una Bogotá llena de luz y sombra. Desde Perú, Brasil, Venezuela, Guatemala, Colombia, México, España, Cuba, Argentina, pasando por República Dominicana, Chile y Uruguay los autores que recorren Bogotá captando historias y sombras callejeras, nos permiten descubrir una ciudad más íntima, más tangible que en vez de alejarse en la silueta de la Cordillera de los Andes, se nos acerca y nos deja recorrerla para encontrar experiencias que contar y apropiar.
El recorrido
Bogotá Contada funciona como una especie de bitácora de viajes. En ella las experiencias de los escritores cobran vida por medio del relato. Un relato trasgresor y poético (aunque algunos se quedan en la mera anécdota) que permite ir de la mano con ellos y recorrer la ciudad en diferentes momentos. Y se empieza con una idea, con un vistazo por la ventana del avión al aterrizar en el aeropuerto, al caminar hacia el hotel o al restaurante más cercano. Una visión que acompaña al viajero en todo el recorrido, y que cambia con el paso de las horas, de los días. Así el viajero empieza a cuestionar y apropiar las narraciones que se escuchan en las hojas de los árboles del Parque Nacional y el sonido estático de la fuente donde reposa la Rebeca. Y con los sonidos se describe y se agrupan las palabras que corren libres por el papel o en la pantalla del computador. Cuando se lee Bogotá Contada se percibe un olor a tráfico mañanero con una leve llovizna y tres vendedores de minutos a celular, todo al mismo tiempo. Así es Bogotá y así se espera que se recorra, de un lado a otro, sin un orden, sin un mapa, sin una guía especializada. Sólo se recorre con la intuición y con un paraguas bajo el brazo -por si decide acompañarlo una lluvia torrencial o un sol fluorescente-.
Y este libro condensa parte de la esencia de lo que es la ciudad. Una ciudad con múltiples voces. Así lo referencia Sebastiá Jovani, uno de los invitados a contar Bogotá:
“Una ciudad que transcurre enteramente a nivel epidérmico, una piel transparente en la que siempre son visibles sus arterias, sus nervaduras, Pero en la que resulta difícil detectar el compás articulado de un organismo. El propósito unificado de una colección de funciones y hábitos procesando sinfónicamente su existencia y la de su entorno. Las vísceras de la ciudad están desparramadas, molecularizadas: la suya es una anatomía de la que parece casi imposible figurar una imagen única y estable” (Jovani, 2013, pp. 110)
Esa es Bogotá. Una ciudad inconclusa.
Y al ser una ciudad inacabada, Bogotá se presenta en la narrativa como un entramado, una red de historias que compone y descompone las experiencias de quienes la habitan, y en donde el lector no es ajeno a ese proceso.
Bogotá Contada, 2013
Así pues, Bogotá Contada se propone reconstruir una ciudad que se oculta tras la poesía, tras la magia de un domingo soleado y que por medio de la escritura, se visibiliza y se muestra al mundo una vez más. La Bogotá que cuentan los anuncios callejeros, los periódicos, los niños y las niñas que juegan en los parques o que leen en algún Paradero. La ciudad que acompaña a los gatos nocturnos a recorrer los tejados y echar un vistazo a los jóvenes que leen en algún rincón a Cortázar o un guión cinematográfico. Y esa es la esencia. Una ciudad que es muchas ciudades a la vez. O ninguna. Pero el recorrido no se detiene. Es un recorrido que se va con los viajeros de vuelta a sus países o se queda navegando con los habitantes de una ciudad que nos cuenta historias. Y esas historias hay que re- contarlas.
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