lunes, 13 de enero de 2014

Tertulia GOTASKÄEN en el PPP Paulo VI

Por: Estefanía Daza
 Promotora de lectura PPP Paulo VI

Todos los lunes a las 10:00 a.m. nos reunimos en la casa de la cultura de Paulo VI, muy cerca al PPP. En esta ocasión queremos compartir con ustedes una reseña de nuestra tertulia y un álbum de fotos de uno de los últimos encuentros del año pasado, en que leímos a Benedetti y el Libro al Viento Semblanzas poco ejemplares, de José María Cordovez Moure, acerca del cual debatimos con temas como la protesta social en Bogotá y el diario vivir en la ciudad a lo largo de los años. 


En el momento vamos en el cuarto mes de funcionamiento de la tertulia GOTASKÄEN. En septiembre se hizo la convocatoria y el inicio de las reuniones no fue muy fructífero: la primera reunión falló pues nadie acudió, y en la segunda llegó una persona nada más. Con Lucho empezamos a diseñar un programa e iniciamos la lectura de un libro del PPP, Mitología japonesa. Durante dos o tres reuniones más la situación continuó igual, pero al mes de inicio apareció Ricardo Colmenares, un escritor colombiano radicado en Alemania, que estaba de vacaciones en Paulo VI, su barrio de la juventud. Él estaba feliz de que esta iniciativa existiera pues, según mencionó, él había intentado algo así antes y había fracasado. Con él le pusimos el nombre a la tertulia y nos comprometimos a hacer más grande el grupo. Así fue que decidí presentarme a un grupo de señoras que antes tenían relación con la P, pero que la habían perdido cuando se cerró el programa por un tiempo. Ellas habían comunicado su interés de volver a hacer parte de los usuarios recurrentes pero nuestros horarios (el de ellas y el de servicio en la P) no coincidían. Finalmente me acerque a sus encuentros de costura y las invité. De ellas una atendió el llamado, Mercedes. Ya éramos ocho, Lucho, Mercedes, Ricardo, su hermana y sobrino, un amigo del sobrino y Luis Alberto, un amigo de Lucho. Nos reunimos dos veces, leímos, escribimos y discutimos. Luego Ricardo volvió a Alemania, su hermana dejó de asistir y los únicos dos jóvenes del grupo (además de mí), es decir, el sobrino y su amigo, también renunciaron. Pero quedamos cuatro con ganas de seguir, una novela que leer (Kafka en la orilla de Haruki Murakami) y buenos recuerdos de nuestros fugaces compañeros. Así continuamos, leyendo la novela por capítulos, discutiéndola y haciendo pequeños ejercicios de escritura. Desde entonces el grupo ha crecido de a poco, primero con Felipe, luego con Bernardo y ahora con los hermanos Suárez, Glorita y Francisco. Fracasamos con la novela (fue una elección mal pensada por la longitud del libro y el desconocimiento de las preferencias de los miembros de grupo), pero leímos una parte de ella y varios cuentos propuestos por mí –la promotora de lectura–, y por algunos de ellos. Además hay nuevos proyectos en el ambiente, muchos libros propuestos para el próximo año y la promesa de más momentos por compartir.

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