Ochenta y seis cuentos
Título: Ochenta y seis
cuentos
Autor:
Quim Monzó
Editorial:
Anagrama
Año: 2003
Páginas:
504
Por: Juan Sebastián U. Zambrano
Promotor de lectura parque
Nueva Autopista
“A estas alturas daría por
bueno todo lo que ha pasado hasta ahora a cambio de ver, otra vez, el cielo de
color pipermint y las estrellas que chisporrotean en el cesto de tus ojos.”
Historia de un amor
Melocotón de Manzana
“…Abríamos puertas más allá de
las cuales había nuevas estancias con puertas que ocultaban salas con otras
puertas (de una que no se abría tuvimos que hacer saltar la cerradura oxidada)
que daban a estancias con nuevas puertas”… Seré breve: llegué a una habitación espaciosa, llena de
colores, de sabor a magenta. Infestada de mujeres con dudas profundas, que al
verlas cederías a las caricias y al mismo tiempo huirías de ellas. Donde todo a
mí alrededor, repleto de caras y lugares inconcretos se fotocopian infinitamente.
Así siento los cuentos de Monzó, llenos de un complot cósmico. Donde cada
cuento es como una película, en el que vives cada beso no correspondido y
sientes a tu amor verdadero, pero al cual la misma historia no te deja conocer. Los
“Ochenta y seis cuentos” se encuentran llenos de humo
, tristeza, amor y de muchas otras cosas que apasionan en pocas líneas.
, tristeza, amor y de muchas otras cosas que apasionan en pocas líneas.
Y si no sabes por cuál empezar la solución sería, como hace a menudo el
lector apasionado, empezarlos todos a la vez: “A la vez a la vez no, claro: pasando de uno a otro, igual que no se
ven nunca seis canales de televisión a la vez, sino que pasa uno a otro.”.
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