Un lugar, mil historias
Por: M P S ¨MANOLO¨
Usuario Bibloestacion Portal Sur
Había estado buscando por mucho tiempo un espacio dedicado a la lectura, donde no solo pudiera leer sino también escapar de la realidad. La mayoría de mis tardes eran como el Cable a tierra de Fito Páez: dejaba escapar sueños por mi ventana y perseguía fantasías en mi habitación, creía morir de nuevo todos los días.
Un día de tantos, mientras buscaba sitios donde escapar al infame mundo cotidiano, pude acertar al espacio donde podría abrir mis alas y volar sentado 2 horas en una silla: una Bibloestación. Allí conocí a un promotor de lectura y éste me hizo lugar sin condiciones, pues es el requisito principal para soñar.
El tiempo, como siempre rutinario, pasó sin dar lugar a formalidades, pero con los días empecé a conocer personas. Quizás, para algunos, subnormales, para mí, gente agradable: conocí a un tipo que vomitaba conejitos blancos (era una horrorosa ternura); una anciana que asesinó a un joven por vengar a su hijo (me recordaba tanto a mi abuela); un barbero cobarde (una vez me enamoré de una chica brasilera pero no llegamos a nada, pues me aclaró que solo podía amar a Roberto Carlos); empecé a salir con un robot que me invitó a su casa en Marte; un cazador estúpido que le gustaba hacer viajes en el tiempo (no me agradó pues siempre quiere ir al pasado).
También he encontrado gente muy generosa, como no recordar aquella pata de mono que me dio un viejito, o el viaje que hice a las nieves del Kilimanjaro, con una pareja muy rara.
Son tantas historias en las que pude escapar y volar muy lejos sin que se quebraran mis alas, vivir y regresar de nuevo a casa, gracias a un pequeño espacio y una intención. el Café con letras es un espacio para la lectura y los amigos, soñar y viajar, para tomar café aun cuando no hay café. Lo mejor es que mi idea y las intenciones de leer son las mismas, soñar.
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