Por: Pedro Jiménez
Promotor de lectura PPP Los Alcázares
Autoras: Iris Rivera – María Wernicke
Año: 2009
Editorial: Calibroscopio
Género: Álbum
En el estanque
Se zambulle una rana
Ruido del agua
Bashô
Haiku, entre sus posibles lecturas, también diría que es un libro sobre las irrupciones.
En su portada, observamos un par de niñas dibujadas a tiza de la manera más sencilla, acompañadas por un perro. Algo nos va diciendo el hecho de que ellas se toman de la mano; como dos líneas que apenas se juntan.
Desde el hermoso poema de Bashô, en donde notamos que algo sucede en el estanque cuando la rana irrumpe, se zambulle; así como también en la rana, cuando pasa de estar en un ambiente para sumergirse en otro; vamos descubriendo eso, que a mi parecer tiene de sorprendente el libro: develar los gestos determinantes que atraviesan y constituyen el encuentro entre dos mundos.
Una familia llega a un país que desconocemos, de otro que tampoco es evidente. Quien narra la historia es la observadora de ese arribo. Ella, descubre que en aquella familia hay una niña y un perro. Ella, la que llega, le sonríe a ella, la que está. La una le sonríe a la otra y a partir de ahí, de esa irrupción, sucede un encuentro. Ese encuentro que da inicio en el umbral de una casa, para luego prolongarse en invitaciones a seguir, a entrar.
Haiku es un libro sobre la amistad. Sobre los emocionantes juegos que resultan del encuentro entre dos niñas. Sobre los tejidos que se arman, los regalos que se entregan, las sorpresas que aparecen, las búsquedas que en compañía de otro se inician.
También, y en la vida hay mucho de ello, sobre los eventos que irrumpen para separar, para distanciar. Sobre lo que se pierde con la partida de otro, y sobre lo que queda de ese tiempo compartiendo. Y, finalmente, sobre la posibilidad de mantenerse en contacto, a pesar de la distancia.
Para mí, el perro, llamado Haiku, es el puente que conecta en la distancia. Es probable que alguien que esté leyendo este texto no entienda esta interpretación que comparto. A ese lector, y a todos los lectores en general les hago varias invitaciones:
Los invito a zambullirse, como la rana en el estanque, en este libro bellamente escrito por Iris Rivera e ilustrado por María Wernicke. A ser testigos de un encuentro, y a partir de ahí recordar encuentros propios, personales. A dejarse permear por los gestos aquí narrados, y a recordar esos gestos que son puntadas de los tejidos que vamos formando con otros. A darle una interpretación a Haiku.
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