miércoles, 10 de septiembre de 2014

REcomendado de hoy: Peter y Wendy

Desde el PPP de Nuevo Muzú nos recomiendan

Peter y Wendy

Por: Andrés Cabra
Promotor de lectura del parque Nuevo Muzú

Título: Peter y Wendy
Autor: James Mathew Barrew
Editorial: Secretaría Distrital de Cultura, Recreación y Deporte
Colección: Libro al viento

Todos los niños, excepto uno, crecen. Muy pronto descubren que crecerán (…) siempre se sabe desde que tiene dos años. Los dos años son el principio del fin.
James Matthew Barrie

Peter y Wendy (1911) es una novela que se persigue, que se delata, se burla de si, se tropieza y se hace trampa. Resulta ser un dibujo del mapa de la mente de infantil – la de James Matthew Barrie el autor - en el libro “aparecen líneas en zigzag, como las de la temperatura en un gráfico cuando tienes fiebre, que probablemente son los caminos de la isla, pues el país de Nunca Jamás es siempre una isla, más o menos, con sorprendentes manchas de color aquí y allá, arrecifes de coral y veloces embarcaciones, seres salvajes y guaridas solitarias, gnomos que son casi todos sastres y cuevas por las que corre un río, príncipes con seis hermanos mayores, una cabaña muy descompuesta y una muy pequeña mujer de nariz ganchuda. (Pág. 18)” esta cartografía infantil tiene además la sorprendente capacidad de invitarnos a dibujar nuestro propio mapa, nuestra propia tierra del Nunca Jamás. Puesto que Matthew Barrie se juega una idea: dejar de ser niño es olvidar… olvidar que la oscuridad es habitada por fantasmas, que bajo la cama siempre habrá una mano peluda, que tras la pared del lavamanos hay un hombre listo para arrojar el agua en el momento en que abrimos la llave. Que los ratones tienen una sociedad sumamente compleja, con motocicletas bajo los pisos de madera de la casa, que las busetas se casan con los buses y que sus ojos plásticos y transparentes, indican que están llorando. Dejar de ser niño implica que una parte de nosotros cae en el olvido, leer Peter y Wendy es recordar.

Además de esta bella idea (de sorprendente contenido psicoanalítico) el libro es un increíble juego narrativo que avanza como si fuese una narración oral, la palabra hablada es la única que no se detiene, requiere hacer giros correctivos, hace pausas y respirar. La escritura de Matthew Barrie está cerca de esta condición, por ello al leerlo sentimos que realmente nos habla, porque parece equivocarse, tropezar en la narrativa, decir frases inconclusas, es como si el libro no se detuviera – pese a que está dividido en capítulos – este juego narrativo es un juego aéreo, para leerla es necesario estar sobre el libro, desde arriba, como suspendidos en el aire, quizás lanzados desde un paracaídas (Shsss… no se puede hacer ruido o Garfio y sus perros nos escucharan) la amable compañía de James Matthew Barrie hace que guardemos silencio mientras Peter de abre paso. Todas las visiones que nos llegan del país de Nunca Jamás son aéreas, en ocasiones se nos permite descender a las profundidades de la casa subterránea – el hogar de los niños perdidos que van a parar a Nunca Jamás – o volar codo a codo con Wendy, Michel y Jhon. Podemos ver, además, la isla persiguiéndose, los pieles rojas persiguen a los piratas, los piratas persiguen a los niños perdidos, los niños perdidos persiguen a Peter Pan y él da la vuelta y los persigue a todos.

Peter y Wendy es además un reto – como todos los buenos libros - su esplendor no viene de la verosimilitud, ni de la explosividad de lo allí narrado, pues ante las artimañas del cine y la animación digital la humilde y milenaria palabra escrita no puede rebajarse a competir, la belleza del libro radica en su conciencia de ser libro, no hay arrogancia en la palabra escrita, al menos no en la literatura, los juegos de lenguaje que inventa (que son susceptibles de ser traducidos, la versión en inglés es igualmente encantadora aunque frente a ella mi pobre conocimiento de la lengua de Matthew Barrie me hizo claudicar) los chistes que deja deslizar con finesa entre los acontecimientos, hace que no sea un libro fácil, no se entrega de golpe, requiere de nosotros creer en él, así como las hadas requieren que los niños crean en ellas para volar. Leer Peter y Wendy fue una experiencia increíble, saludable y nostálgica.

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