Hoy les presentamos una
reseña realizada por una usuaria del PPP de Teusaquillo, ubicado en la
Fundación Universitaria Unipanamericana
Betina, la máquina
del tiempo
Por: Lucía Mosquera
Estudiante de Diseño
Visual, usuaria del
PPP de Teusaquillo –Unipanamericana–
Autora: Graciela Montes
Ilustradora: Elena Torres
Editorial: Editorial Kapelusz
Colombiana S.A.
Año de publicación: 1984
Páginas: 32
La historia que Graciela Montes nos
narra en este cuento ilustrado es de un tipo de ciencia ficción que ojalá se
explore más en la literatura infantil latinoamericana, porque es preciosa,
interesante y entretenida. Al barrio
Florida llegan Elías Bloy y Betina, una máquina del tiempo. El narrador nos
hace preguntas acerca de qué tipo de máquina del tiempo puede ser esta: ¿acaso se
refiere al tiempo que pasó o al tiempo del pronóstico? ¿a viajes al futuro o al
servicio metereológico? En mi lectura personal, debo confesar, no acerté en la
respuesta y la sorpresa me hizo querer de inmediato esta historia. Un giro al final
motiva la reflexión ¿estuvo bien lo que hicieron los habitantes de Florida? ¿Betina
siente, y Elías Bloy, dónde está?
Al ver el libro por pimera vez, las ilustraciones de
Elena Torres me recordaron imágenes de antes, sencillas y muy directas, de
colores planos, vivos y algo opacos. Esto me habló de un tiempo pasado, del
rescate de una imagen que ahora podría pasar por anacrónica en medio de la alta
definición de los televisores, las fotografías e incluso de algunas
ilustraciones hiper-realistas. Esto junto a una historia muy audaz hace de este
un libro memorable.
Al final del cuento de “Betina, la máquina del tiempo”,
Graciela y Elena nos tienen una sorpresa que no contaré, aunque acá les dejo una
pruebita: “Doña Gabriela Sintió muchísima rabia. Rabia grande. Rabia roja. Rabia
rabiosa” y, con todo: “Ella les contó cuentos. Ellos le trajeron piedritas con
el pico. Ella les cantó altaenelcielo. Ellos le cantaron a coro su canción de
trompetas”.
Un dúo para sorprenderse.
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