Las colecciones de libros de los Paraderos Paralibros Paraparques rotan cada año y en algunos casos la estructura del PPP cambia.La siguiente reseña pertenece al PPP Unipanamericana, que ahora se ubica en el Parque Acevedo Tejada.
Tantos animalitos muertos

Por: María Angélica Plata
Ex - Promotora de lectura PPP Unipanamericana
Autor: Ulf Nilsson
Ilustradora: Eva Eriksson
Traducción: Maja Bentzer y Sergio Peña
Editorial: Ediciones Castillo
Ciudad: México
Año: 2010
Reflexión
previa
Durante mucho tiempo la muerte fue un tema tabú en la literatura
infantil: por considerarse inadecuado o nocivo, simplemente no se nombraba.
Recordemos que existe la creencia de que, si no se nombran y permanecen en la
sombra del silencio, las cosas no sucederán, no se materializarán... Actualmente,
el reconocimiento de que los temas que han sido considerados tabús en la
literatura infantil deben ser nombrados e ilustrados tiene más acogida en
autores e ilustradores (así como en lectores que acompañan y guían los procesos
de lectura de los más pequeños: madres y padres, promotores/as, pedagogos/as,
etc.), y es posible encontrar maravillosos libros, pensados para el público
infantil, que desmitifican prejuicios, imaginarios y estereotipos construidos
sobre estas cuestiones complejas, pero que hacen parte de la vida. El pato y la muerte, de Wolf Erlbruch o La abuelita de arriba y la abuelita de abajo,
de Tomie de Paola, son valiosos ejemplos de historias que abordan el tema la
muerte con sencillez. Tantos animalitos
muertos, de Ulf Nilsson y Eva Eriksson, es otro de estos —razón por la que,
cuando llegó al paradero, con el cambio de colección, tomé la decisión de
reseñarlo, de compartirlo con los visitantes de este blog.
El pato y la muerte, de Wolf Erlbruch
El
temor a lo desconocido, la consciencia de la muerte y la vida (que continúa)
En Tantos animalitos muertos desconocemos el nombre de quien narra la
historia: solo sabemos que es un niño pequeño y temeroso, que le tiene especial
miedo a la muerte y al que le gusta escribir poemas. La historia comienza el
día en que Ester, más grande y valiente que nuestro narrador, encuentra un
abejorro muerto y, para vencer el aburrimiento, propone enterrarlo. Juntos
preparan la ceremonia y piensan en la cantidad de seres que necesitan la
colaboración de niños buenos como ellos, así que, con la ayuda de Pepe, el
hermano menor de Ester, deciden buscarlos y abrir una agencia funeraria. Como
buen equipo, se dividen las tareas: Ester cava y entierra, Pepe llora, y
nuestro narrador —que
es virtuoso jugando con las palabras—
escribe poemas. Preciosos poemas como este:
Descansa
en paz,
descansa unos momentos,
que nos veremos pronto un día,
todos contentos.
descansa unos momentos,
que nos veremos pronto un día,
todos contentos.
En las ceremonias,
desde la ingenuidad, el juego, la sorpresa o la perplejidad, los protagonistas
de la historia se enfrentan a la consciencia de la muerte: lejana o familiar, descubren
que existe y que es parte de la vida, que es un tránsito más: "—[...]Pero la vida tiene que seguir", reconoce Ester.
Y, para los tres amigos y para sus lectores, la vida continúa.
En el paradero, además
de esta historia, todo aquel que se interese podrá encontrar otros dos títulos que
tratan el tema de la muerte: Nana vieja,
escrito por Margaret Wild e ilustrado por Ron Brooks, y Sapo y la canción del mirlo, de Max Velthuijs. (Libros aún disponibles en el PPP Acevedo Tejada).
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