jueves, 2 de junio de 2016

Desde el PPP Illimaní nos recomiendan - Un sembrado de estrellas

Por: Daniel Briceño
Promotor de lectura PPP Illamaní

 
Autor: Lilia García Bazterra
Editorial: Sigmar
Año: 2011
Género: Novela

 Entre las nuevas adquisiciones literarias de las colecciones de los Paraderos Paralibros Paraparques, podemos resaltar esta sensible obra, que pesa por contenido, rigor, color y la fuerza que nos habla de la realidad latinoamericana (no sensiblería). Lilia García es una profesora de castellano y literatura en Argentina, un país donde se promulgan ideas de progreso social no siempre tan confiables: en Un sembrado de estrellas se narra los pensamientos de una familia dispar, de aquellos parajes.

Manuela es una niña que cuando toma la voz en la narración, elabora impresionantes monólogos (posiblemente causará la envidia de más de uno de esos que se autoproclaman poetas). Manuela es sensible, sencilla, esforzada, soñadora, cariñosa y se desvela buscando resolver los misterios de los puntitos de luz, que se pueden ver de noche en el cielo. A Manuela la acompaña su único y mejor amigo, Bernardo, que vive con ella las desdichas y victorias, los placeres de la niñez y sus sinsabores; también está el noble Kinkón, un corcel que habla con Don Pepe, el abuelo y protector que, a falta de capas rojas y rayos láseres en sus ojos, posee la fuerza que sólo da un buen corazón y el amor a unos niños abandonados; también hace su aparición el mejor amigo del humano (algunos no hablan de humanos, sino de hombres, pero las mujeres no son hombres y son humanas igualmente): un perrito, adoptado de la misma forma, que se llama Chepe.

Todos juntos sobrellevan la realidad más cruda, capaz de despabilarnos de nuestras ensoñaciones televisivas con el coraje del que no se rinde por desconocer sencillamente cosas mejores. Presenciamos animales que son hermanos sin acudir a lenguajes, a la mejor forma de Esopo, y compañeros leales e incansables en el trasegar de Manuela, Bernardo y el Abuelo. Podremos ver que por cada “malo” hay tres o más personas que no se rinden en la meta de vivir felices, libres y compartiendo eso tan abundante pero invisible: el amor, el afecto a quienes resisten contigo y te ven como un motivo más para continuar respirando. ¡Ahh! y claro, las estrellas dadoras, por antonomasia, de deseos a los tristes mortales.


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